Ejercicio de descripción
Surgió ante mí en apenas unos
segundos, primero vino el temblor del suelo, y luego el revoloteo de la tierra ante
tal choque. Abrí los ojos y contemplé aquella extraña figura que hizo recorrer el
miedo por todo mi cuerpo, generando en mi palpitante corazón un grito de
auxilio.
Un ser desafiante y aspecto amenazador
de enorme dimensiones se encontraba frente a mí. Se presentó con un rugido ensordecedor
mientras elevaba su arrugado y largo cuello hacía el mismísimo cielo. Su
abdomen rompía ante el claro color huesudo de clavícula esternón y costillas. Que
se veía convertido en cartílagos en la zona del omóplato debido a la unión con
los cuartos delanteros. Unos cuernos daban comienzo en la zona de los hombros desplegándose
hacía su espalda. Dotando al animal de una especie de aspecto de armadura con
hombreras. Algo similar ocurría encima de sus ojos claros de pupila fina y
puntiaguda que no dejaban de mirarme, saboreando el inminente bocado que era yo.
Unas líneas ascendentes originaban una especie de aletas o mini alas, quizás
más parecido a orejas. De cualquier modo difícil de concretar ante la perspectiva
de aquellos afilados puñales dados por dientes y su oscura y húmeda tumba
denominada boca.
De color dorado en su totalidad
brillaba a causa del sol y en algunas escamas revotaba su luz momentáneamente cegándome.
Agaché la cabeza aceptando mi destino. Fijándome en aquellas patas delanteras, musculosas que culminaban en feroces cuchillas.
Sin duda debían permitirle volar tan alto como para permitirle ser confundido
con un pájaro o un murciélago, ya que en ningún momento había hecho acto de presencia
hasta su ataque. Sus alas de color hueso y de aspecto más tierno que el resto
de su escamosa piel se plegaban para facilitar sus versátiles movimientos.
Insensato esperé el gran final, sería un monstruo e iría a matarme, pero no cabía duda que era un ser majestuoso. Un digno espécimen de hacerse llamar Tigrex.
0 comentarios: