Difusos en el tiempo

16:18 Unknown 0 Comentarios

No quiero mentir, no voy a decir cosas que no son ciertas, como que ya no estás a mi lado, ni hacer referencias a cosas simbólicas y metafóricas sobre como nuestro amor se acabó. No quiero hablar desde la hermosura del verso sobre el dolor y la tristeza, ni vestir con aires de decoro una historia que pasó a ser otra entre cientos. 

De hecho sigues a mi lado, no te has marchado, no te has ido. No nos quebramos por un gran dolor, no hubo lágrimas derramadas, ni amaneceres revueltos. Solo un final silencioso sin mayor dilatación. Y continuamos el uno a la vera del otro. Contemplándonos, sin saber qué pasó con lo que fuimos, y ciertamente sin importarnos. Porque de poco importa la marea cuando el barco ya ha anclado.

Miradas de extraños que desean en silencio la distancia para retornar sus vidas en solitario; para poder volver a amar, y sentir. Para quitarse ese peso que representa el uno al el otro. No habrá despedida de bellas palabras, solo unos silenciosos pasos camino hacia la alegría de la separación. Pues nos amamos infinitamente y consumimos hasta la última gota de nuestro néctar con largos sorbos. Y ahora nada nos queda, exceptuando nuestras propias vidas, que es mucho más a lo que aferrarse que cualquier recuerdo muerto desecho y vago de lo que fuimos.

Somos dos extraños que se separan, contentos de lo que fueron, alegres de lo que serán, de memoria difusa y dudoso nombre. 
Amores eternos, que no fueron para siempre... 
Amores eternos de su tiempo.


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